En el sector de la joyería, no solo se valen de piedras preciosas a la hora de trabajar las diferentes piezas. Aquí, los metales juegan también un papel fundamental.
Ciertos metales llevan utilizándose desde hace siglos para cubrir diferentes necesidades, entre ellas, la elaboración de piezas de joyería.
No obstante, sus características y el valor que se les otorga convierten a algunos de estos metales en materiales excepcionales a la hora de crear nuevas joyas de alta gama.
Pero, ¿sabrías decir más de tres tipos de metales que puedan usarse para crear una joyas? A continuación, te contamos cuáles son los más conocidos y por qué.
¡Acompáñanos!
Metales preciosos
Dentro del amplio abanico de posibilidades, los metales preciosos son los que más destacan sobre el resto, pues añaden un valor a la pieza que los otro no pueden.
A pesar de esto, no es habitual utilizarlos al cien por cien. Es decir, se mezclan con los no preciosos para conseguir una pieza resistente y duradera.
Eso ocurre porque ningún metal por sí solo cuenta con unas características perfectas, por lo que es necesario recurrir a sus aleaciones.
Asimismo, dentro de los metales preciosos encontramos diferentes tipos que suelen ser lo más utilizados a la hora de elaborar piezas de joyería. ¡Te los mostramos!
Oro
El oro es el metal precioso por antonomasia. Posiblemente, el más conocido y valorado de todos ellos. La reactividad del oro es baja, por lo que le permite mantener un buen tono de brillo cuando está pulido.
Destaca por su maleabilidad, una de sus característica más destacables, pues es lo que nos permite trabajarlo con mayor facilidad.
Además, esto lleva a que se tenga que mezclar con metales no preciosos para que gane dureza. No obstante, al llevar a cabo esta combinación, su color puede llegar a variar.
Por ejemplo, su aleación con níquel hace que gane un tono blanquecino, nada que ver con su dorado original.
Algo a destacar sobre este metal precioso en lo que respecta al sector, es que casi tres cuartas partes de su producción están destinadas a la creación de joyas.
Plata
Si decíamos que el oro era el metal precioso más conocido, la plata es el más extendido, más allá del sector de la joyería. La podemos encontrar en tres variantes principales: plata 950, esterlina y 900.
La primera contiene un 95% de plata pura y un 5% de cobre. La cantidad en la segunda baja a 92,5% y en la tercera alcanza una pureza del 90%.
El brillo que posee pulido es fuerte, pero se desgasta con el tiempo y la falta de cuidados.
La plata se utiliza para la creación de todo tipo de joyas: desde pendientes o anillos a colgantes o relojes. También es frecuente la plata en cubertería y muchas piezas fabricadas en otro metal reciben un baño de plata.
Platino
Por último, encontramos el platino. Este metal precioso se usa de manera tradicional en joyas que contienen muchos diamantes, ya que su brillo natural hace que destaquen más las piedras engastadas.
Es más fuerte que el oro, lo que permite sujetar otros elementos con seguridad, y también es bastante pesado gracias a su densidad. Pese a esto, no es un metal de moda en estos momentos y no se utiliza en estado puro.
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